PASO DE LAS HORAS Y LAS ESTACIONES
El reloj de sol diseñado por Rafael de la Hoz se realizó en la
remodelación del Palacio de la
Merced en los años 70 del pasado siglo. Se emplaza en el
Patio Sur de dicho Palacio, visible desde la verja que limita a dicho patio con
la Calle Reyes
Católicos. Tiene un indudable valor artístico pero mi interés se centra en sus
singularidades como reloj de sol, siendo
el más relevante que tenemos en nuestra ciudad y uno de los más interesantes de
nuestra comunidad.
Tiempo y espacio. Algo tan efímero como una sombra, la del
gnomon, va recorriendo el cuadrante que por su asimetría, sus adornos y la
información que muestra forman un conjunto exuberante y bello. Lástima que la
construcción de elevados edificios limiten
su funcionamiento a los meses estivales y a las primeras horas del día.
El sol que se desplaza de este a oeste alcanza su posición
más alta justo en el mediodía hora solar y en ese momento se encuentra en el
Sur, por lo que una primera utilidad del reloj es la de orientarnos en cuanto
la situación de los puntos cardinales.
Otra utilidad es la de calendario. Según la fecha del año la
altura del sol sobre el horizonte es mayor en verano y menor en invierno. Esto
se traduce en que la sombra alcance mayor o menor longitud y por tanto el reloj
informa de la fecha según unas líneas curvas transversales que además tienen
inscripciones con los signos zodiacales correspondientes.
En cuanto a la información horaria el reloj es bastante
singular. Es del tipo analemático, es decir, las líneas que indican las horas
no son rectas como en otros relojes, sino que tienen forma de número 8
alargado. Son los analemas y no están distribuidos con simetría respecto a la
línea vertical central debido a que la pared no está enfrentada perfectamente
al Sur. Estas peculiaridades denotan la complejidad de un diseño que requiere
conocimientos de astronomía y matemáticas.
Por otro lado cada analema debería tener dos colores, el del
cobre y el del bronce, pero el paso del tiempo y la oxidación de los metales
los ha hecho indistinguibles. Esto impide su eficacia en la medida de la hora
según la fecha del año. Los relojes analemáticos corrigen el hecho de que el
sol no siempre se mueve en su órbita a la misma velocidad, hecho recogido en
una de las leyes de Kepler. Los relojes que no tienen esta característica
necesitan de una corrección mediante una gráfica llamada curva del tiempo la cual aquí no es necesaria.
Recordemos que los relojes de sol nos indican la hora solar
propia del lugar en el que se encuentran que no se corresponde con la hora
oficial del país por lo que para relacionarlas debemos hacer tres correcciones.
La primera ya la comenté en el párrafo anterior, la segunda es que la hora
oficial en España lleva un adelanto de una hora en invierno y dos en horario de
verano con respecto a la hora solar y la tercera es la referente a la situación
geográfica del reloj con respecto al meridiano terrestre que marca nuestro uso
horario, en este caso el de Greenwich. Esto último hace que nuestra hora solar
tenga un retraso de 19 minutos correspondientes a los 4,78 grados de longitud Oeste
que lo separan de dicho meridiano. En el caso de este reloj se optó por
desplazar la posición del gnomon con respecto a la vertical un espacio a la
izquierda por lo que estos 19 minutos quedan corregidos, una solución muy poco
habitual.
Rafael Enríquez |
Una obra genial dentro de nuestra ciudad a la que merece la pena dedicar un rato de
observación además de ser una extraordinaria herramienta didáctica.
Autor: Rafael Enríquez Centella, miembro de la Asociación Astronómica
de Córdoba y de la
Asociación de Profesores de Córdoba por la Cultura Científica.
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