Ni cuenca, ni llanura, ni valle.....el Profesor Valle Buenestado explica con notable claridad que la comarca de Los Pedroches es similar al caballete de un tejado que divide las cuencas del Guadiana y del Guadalquivir. Un domo convexo que derrama el agua hacia el Norte y hacia el Sur. Por su interés recojo su colaboración completa publicada en el diario Córdoba.
El mal llamado ´Valle de los
Pedroches´
BARTOLOME Valle 08/08/2008 Biografía: http://cordobapedia.wikanda.es/wiki/Bartolom%C3%A9_Valle_Buenestado
La provincia
de Córdoba presenta unos caracteres geográficos tan nítidos como variados. Su
figura alargada de Norte a Sur le hace partícipe de cuatro grandes ámbitos
comarcales: Los Pedroches, Sierra Morena, Campiña y Sierras Subbéticas. De
ellos, Los Pedroches constituyen un ejemplo antológico de comarca natural, de
los que es difícil encontrar una docena de casos en la geografía española.
El
fundamento de tan acusada personalidad es la existencia del zócalo granítico
--granodiorítico, en expresión más exacta-- sobre el que se asienta la comarca.
Este arranca desde Extremadura y se prolonga hasta la provincia de Jaén,
conformando el Norte de Córdoba y el armazón geológico de la misma. Su
morfología, suavemente ondulada y sólo accidentada por lomas de gran radio de
curvatura y amplias vaguadas, testimonian su condición de penillanura. Esta, no
obstante, carece de horizontalidad, presentando una inclinación hacia el Oeste
que coincide con la inclinación general de la Meseta española, la cual hace
verter a la mayoría de nuestros grandes ríos hacia el Atlántico. Aunque una
observación más de detalle nos hace ver que, en realidad, el plano inclinado de
Los Pedroches está partido en dos escalones por el peldaño que marca la curva
de 600 metros sobre el nivel del mar.
Granito superficial en Los Pedroches |
La
mencionada e imaginaria línea transversal individualiza dos subcomarcas: la
occidental, por debajo de la altitud expresada, que es la de mejor calidad
agronómica, y la oriental, a mayor altitud y de peores suelos.
Sobre la
subcomarca occidental se asentaron los señoríos de Santa Eufemia y de
Belalcázar, cuya principal utilidad agraria fue la venta de yerbas a los
rebaños trashumantes y cuyo módulo de explotación fueron las viejas dehesas
señoriales. Sobre la subcomarca oriental se constituyó la comunidad de las
Siete Villas de Los Pedroches, que fundamentaron su actividad en la explotación
de sus bienes comunales, los cuales, tras la desamortización civil dieron
origen a las dehesas nuevas.
Pero, con
todo, el rasgo geográfico esencial de Los Pedroches es su condición de
interfluvio, de divisoria de aguas entre las cuencas del Guadiana y del
Guadalquivir, de domo convexo, de caballete de un tejado --valga la expresión--
que derrama el agua hacia el Norte y hacia el Sur.
Podemos
decir que la comarca es, en consecuencia, exactamente lo contrario a un valle,
pues a la misma no le cuadra ni la acepción de cuenca, por carecer de río y ser
un interfluvio, ni la acepción de llanura entre montañas y alturas, pues las
que la bordean son elevaciones ciertamente modestas.
Pese a tan
concluyente caracterización geográfica, pese a las reiteradas alusiones
históricas a Los Pedroches o pese a la sistemática rotulación de la cartografía
antigua y moderna con tal topónimo, con frecuencia se alude a la comarca como
´Valle de los Pedroches´, lo cual constituye un notabilísimo yerro de la
expresión popular que, también, tiene su fundamento.
Encina comarca de Los Pedroches |
En efecto,
la denominación de Valle de los Pedroches surgió a mediados del siglo XIX, en
un contexto literario de singular apreciación del paisaje. Pero la palabra
valle, aplicada a Los Pedroches, representa una fantasía, una exacerbación de
la verticalidad del paisaje --tan querida al romanticismo-- y una ensoñación
literaria ajena e independiente a la geografía. La utilizaron poetas y
escritores con profusión en el primer tercio del siglo XX (Porras Márquez, Gil
Muñiz ,...) y otros la siguen utilizando en la actualidad. De ellos, con
apreciación de marbete culto, pasó a la prensa, que la difundió sobremanera,
pues el principal periódico de la comarca se titulaba, nada más y nada menos, El
Cronista del Valle, editado en Pozoblanco entre 1910 y 1936.
Pero
contemplada con cierta perspectiva, la denominación de Valle de los Pedroches
para una tierra que sustantivamente son Los Pedroches no parece adecuada ni,
hoy día, conveniente, porque desnaturaliza a la propia comarca, diluye la
identidad de sus moradores como habitantes de un territorio tan singular y de
sus vínculos ancestrales con el mismo, la debilita como espacio vivido, atenúa
el sentimiento y la percepción del territorio comarcal como espacio colectivo,
minimiza el valor de su nombre como marca y referente de origen de sus
excelentes recursos naturales, etc. A la vez, utilizada por los nativos
transmite una imagen engañosa de nuestra tierra y provoca una falsa percepción
en los foráneos, quienes, luego, cuando la reutilizan evidencian un desconocimiento
de la geografía que hiere a la propia comarca y a sus habitantes.
En
consecuencia, estimamos que la expresión Valle de los Pedroches es
desafortunada e inconveniente y, por ello, nos gustaría desde estas líneas
contribuir a la minoración de su uso en una elemental concordancia entre la
geografía y la cultura, si bien es cierto que con respecto a lo dicho puede
pensarse como Funes --el personaje literario de Borges --, en lo convencional
de los nombres y en que nada debe obligarnos a llamar las cosas con un nombre
diferente al que queramos... Eso sí, --puede añadirse-- sabiendo qué significa
lo que decimos.
* Catedrático de Geografía
La anterior colaboración pueden encontrarla en
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